jueves, 25 de febrero de 2010

Decidirá el calor de la Bombonera de Nervión para hacer historia en Europa


Esperanzador resultado el que se trae para el partido de vuelta, el 16 de marzo, el Sevilla Futbol Club, en su eliminatoria contra el CSKA de Moscú. Sobre todo porque pudo ser peor si no aparece, otra vez, la pierna salvadora de Palop para evitar lo que hubiese sido la victoria moscovita en la última fase del partido.

Partido típico de la Liga de Campeones que se ha resuelto como el resto de las eliminatorias que se han jugado en los octavos de final. Marcadores estrechos, y todo por decidir en los partidos de vuelta. Pero a pesar de que el 1-1 pueda dar la sensación de saber a poco, no hay que olvidar que en Champions no hay enemigo pequeño y que cualquiera puede eliminarte.
Salía el Sevilla con toda la responsabilidad y la presión que el Presidente había recalcado en la previa. Y eso creo que pudo amordazar algo el juego del equipo. Mucho toque intrascendente, y mucha posesión inocua de balón en el Sevilla y un partido con excesivas precauciones por parte de los dos equipos, donde nadie quiso que el partido se rompiera en ningún momento por temor a una derrota que lastrara al equipo derrotado en el segundo round de la eliminatoria. Por eso marcar en campo ajeno siempre es importante, y el gol de Negredo vale su peso en oro.
El césped sintético fue una dificultad añadida al frío que creo yo, influyó en el extraño gol del chileno Mark González. Palop fue sorprendido por un extraño del balón a demasiada distancia como para no pnesar que el esférico salío escupido del cesped artificial con un efecto diabólico.

Las bajas temperaturas no pudieron derrotar al Sevilla, y ahora tiene que ser el calor de nuestra grada quien ayude al equipo a pasar de ronda. No sólo nos jugamos el presupuesto, que también, sino el prestigio deportivo de meternos por primera vez en nuestra centenaria historia, entre los ocho mejores equipos de Europa. Disputar los cuartos de final de la Champions no está al alcance de cualquiera y serviría para definitivamente, colarnos por méritos propios entre la élite del fútbol europeo. Dinero y prestigio es lo que está en juego. Decidirá el calor del Ramón Sánchez Pizjuan.

lunes, 22 de febrero de 2010

Las secuelas del vergonzoso arbitraje de Teixeira Vitienes en Mallorca


Diego Capel y Luis Fabiano se quedan en Sevilla lesionados ante la trascendental cita europea del Sevilla Fútbol Club el próximo miércoles en Moscú en los octavos de final de la Champions League.

A Capel lo molieron a patadas durante la primera media hora de partido hasta que lo sacaron del césped por las bravas. Josemi y sus compañeros del Mallorca, cosieron a patadas al rápido extremo sevillista y Teixeira Vitienes, vergonzosamente contemplativo, permitió, de manera reiterada, que Capel fuese agredido una y otra vez hasta que terminó lesionado. Sus agresores camparon impunemente por el césped del antiguo Son Mox, hasta el final del partido.

Con vergonzosa celeridad, Teixeira expulsó injustamente – rigurosamente, no, injustamente – a Negredo cuando disputaba un balón en juego sin ánimo ni intención de agredir al rival. Luis Fabiano, que viajó renqueante de una lesión, se vio obligado a forzar tras la expulsión de Negredo, lesionándose de nuevo. Dos lesionados en una semana importante para el Sevilla Fútbol Club, un gol ilegal al Mallorca, una tarjeta de chiste a Luis Fabiano..y siempre lo mismo.

Teixeira Vitienes pertenece a esta camada de árbitros chulescos, prepotentes, pistoleros sin pistola, que se la tiene jurada al Sevilla, y que cada vez que puede, maltratan y se ensañan con el equipo mas grande del Sur de Europa. Como Muñiz Fernández, el gomina de la cara dura, González Vázquez, el gallego que dispara con tarjetas rojas, Iturralde, un ladrón de Bagdad camuflado de negro y con un pito en la boca, Pérez Lasa, el pistolero de mirada tortuosa siempre presto a provocar el escándalo, y...podríamos seguir, pero no queremos aburrir.

Ahora sabemos que estos árbitros, malos de solemnidad, son además antipatriotas. El CSKA de Moscú ha respirado aliviado con estas dos sensibles bajas sevillistas. Jamás imaginaban que el arbitraje español les iba a echar una mano tan beneficiosa para sus intereses. Villar y sus secuaces en el Comité de árbitros ya tienen una muesca más en esa larga lista de agravios contra el Sevilla Fútbol Club.

Pero a Teixeira y sus compinches, poco les importa dejar a un equipo español –injustamente repito – 60 largos minutos con un jugador menos, con lo que eso desgasta. Siempre he mantenido que si en Europa nos pitasen árbitros españoles – bendita norma que lo impide – jamás habríamos conseguido los tres títulos europeos que resplandecen en nuestras vitrinas. Es la doble vara de medir de siempre. Fácil para Madrid y Barcelona y arena en las ruedas de los equipos que les pueden hacer sombra.

¿Cómo valorar entonces que a Kanouté se le muestre una tarjeta amarilla por lucir en su camiseta la palabra PALESTINA, y CR9, - cuanta prepotencia esconde ese acrónimo – salga impune cuando muestra su camiseta con el nombre de Madeira.

La mejor medicina para esa panda de cuatreros, sería plantarse en el Bernabeú para jugar la Final de la Champions. Ni Teixeira ni los otros soplapitos, que comanda Sánchez Arminio desde la época del NO-DO, podrían quitárnosla. Como decía Quevedo, ladran, luego cabalgamos.

viernes, 12 de febrero de 2010

A por la quinta Copa de España


Siete finales en siete años y en Mayo disputaremos la séptima final de Copa de nuestra centenaria historia. Y la inmensa alegría que embarga al sevillismo no puede ser truncada por un mal partido. Las eliminatorias no hay que jugarlas bien, hay que pasarlas. Y el Sevilla Fútbol Club, el equipo más grande del Sur de Europa, representará nuevamente al fútbol andaluz y sevillano en la disputa de otro título. Las portadas de peridocicos y telediarios se abrieron otra vez anunciando a la ciudad de nuestro glorioso nombre, y al equipo que lo representa con honor: El Sevilla Futbol Club jugará la final de la Copa del Rey.
Y eso demuestra, entre otras cosas, que a pesar de algunos agoreros envidiosos, no se ha terminado el ciclo del Sevilla campeón. La segunda final de Copa en los últimos tres años, algo que jamás había ocurrido en los casi 105 años de vida del club.
Pero esa felicidad que me embarga desde que Iturralde pitó el final del partido, no me ha dejado ciego. Tampoco sordo.
Monchi acierta cuando dice que no es hora de cuestionarse, en medio de la carrera, la labor de Manolo Jiménez. Vuelve a acertar cuando recuerda que fue Manolo Jiménez quién con una decisión suya, encarriló la eliminatoria contra el Getafe en aquella controvertida, por usar un término benévolo, decisión de cambiar a Negredo en el minuto 36 de la primera parte. Yo mismo, a que negarlo, me puse las manos en la cabeza. No me uní al coro de los que pitaban, pero no entendí, en aquella circunstancia, la decisión del entrenador del Sevilla.
Pero insisto, el pitido final de Iturralde no me dejó ciego ni sordo.
Como a muchísimos sevillistas, lo que ví sobre el césped de ese pueblo del Sur de Madrid, me recordó muchísimo al Sevilla de las vacas flacas, al Sevilla medroso, mediocre y acomplejado ante los grandes. Reculando siempre, dando la imagen adherente a cualquier equipo modesto en una manifiesta demostración de complejo de inferioridad.
Como muchísimos sevillistas he oído y leído las cada vez, más frecuentes, declaraciones de nuestros futbolistas, descontentos con la forma y los modos del juego del equipo. Si ya Renato avisaba no ha mucho, de que el equipo daba muchos voleones; ayer, el héroe de la noche, el salvavidas del Sevilla; el legendario (porque ya es una leyenda en sevillista sin necesidad de se retire de los terrenos de juego), Andrés Palop, lo decía muy claro: “....No estoy feliz del todo. Quiero un equipo potente y con personalidad, que no se amedrente ante nadie. No me gusta sufrir tanto...”
Más alto se puede decir, más claro es imposible.
Manolo Jiménez tiene ya el honor de ser el mejor entrenador canterano de toda la historia del Sevilla Fútbol Club. Y sé que está tremendamente orgulloso de ello. Y la gran mayoría del sevillismo también. Como entrenador ya ha conseguido algo que no tuvo la oportunidad de disfrutar como jugador. Disputar un título en una final de Copa. Pero el también sabe que para ganar esa final, además de aliarse con el componente suerte, necesitará de la mejor versión de un Sevilla que, hoy por hoy, vulgariza su juego a pasos agigantados, y al que cualquiera zarandea y ridiculiza.
Ese fue mi mayor sufrimiento la otra noche delante del televisor.

lunes, 1 de febrero de 2010

Pasamos el mes de Enero con nota


El temible mes de Enero ya ha pasado.
El mes del éxodo de nuestros futbolistas a la Copa de África.
El mes donde hemos llegado a tener lesionados seis o siete futbolistas.
El mes donde hemos tenido que superar dos eliminatorias de Copa del Rey ante el gigante Barcelona y la hasta entonces revelación, Deportivo de Lotina
El mes donde hemos tenido que jugar, entre Copa y Liga, la friolera de 8 partidos, la mayoría de ellos, con la plantilla mermada físicamente.
El mes donde se nos han caído cuatro futbolistas más: Konko, Squillaci y Drago por lesión y Sergio Sánchez por ese diagnostico cardiaco que de momento lo tiene apartado de la competición.

Se ha ido Enero y el Sevilla Futbol Club, a pesar de todo eso, de la enorme presión que entre todos hemos metido en ocasiones al entrenador y al equipo, a pesar de todo eso digo, vamos a disputar por segundo año consecutivo las semifinales de Copa y estamos en la competición liguera dentro del objetivo marcado por el club.

Chapeau, plantilla por ese compromiso que teneis con el escudo; chapeau cuerpo técnico por la fe en vuestro trabajo a pesar de las críticas, las nuestras incluidas, en ocasiones; chapeau dirección deportiva por el acierto de traer, en una operación que demuestra la capacidad de las estructuras deportivas de nuestro club, a un futbolista en el mercado de invierno que ayer demostró que tiene sitio en este equipo: Stankevicius.

Y ahora llega Febrero con un calendario también agotador. Otra vez siete u ocho partidos en apenas un mes y con la clasificación para la final de la copa del Rey en juego.

Decía Manolo Jiménez que el futuro del Sevilla en la liga dependería fundamentalmente de salir vivos del mes de Enero. Y hemos salido vivito y coleando. Y el Getafe debe de estar muy preocupado de que hay vuelto el gran Sevilla. La afición, seguro, meterá el miércoles el primer gol.