lunes, 8 de junio de 2009

Homenaje a Mario Benedetti


Mario Benedetti murió en domingo. Puede que fuera su ultimo guiño al fútbol. Lejos de que el poeta y escritor escondiera o renegara de su afición a este deporte, como hicieron tantos de su estirpe por considerarlo un asunto de brutos o una distracción menor, el uruguayo además lo engrandeció escribiendo sobre él.

El de Mario Benedetti siempre fue un fútbol desde otro punto de vista. En su primer cuento futbolístico, “Puntero izquierdo”, de 1954, contaba la historia de un modesto delantero en medio de un drama personal: dejarse ganar un partido a cambio de un fichaje que le salvara de la penuria económica y de la fábrica. Fue el primer gol de Benedetti a la pobreza.

De niño, Mario Benedetti jugó de portero, de golero como dicen en Uruguay, tal vez el puesto natural para un poeta. Decía que era muy malo, y que lo eligió aun a sabiendas de que era el peor lugar para estar sobre el césped: si los compañeros marcaban un gol el portero se hallaba demasiado lejos para ir a celebrarlo y cuando lo recibía quedaba condenado a soportarlo en soledad. Además, le venían mejor las distancias cortas: era asmático.

El día más feliz en el Uruguay de los cincuenta lo encontró en Maracaná junto a su padre, escenario de la victoria celeste sobre Brasil en la final del Mundial de 1950, la mayor sorpresa ocurrida en un estadio de fútbol, ante 220.000 testigos. A pesar de la fuerza de aquel triunfo, y del éxtasis de autoestima que significó para un país tan pequeño, a Mario Benedetti le gustaba el fútbol de los modestos, de los no vencedores. Con los años, más que la alegría por la victoria uruguaya en aquella final, recordaba con tristeza el calvario sufrido por Barbosa, el portero brasileño.

Cuando le preguntaron quién había sido su jugador preferido de todos los que había visto, él, hincha de Nacional, el equipo del gran Víctor Espárrago, dio el nombre de la estrella del gran rival, Pepe Schiaffino, del Peñarol. Benedetti confesó que iba al estadio sólo por verle, y más que nada le buscaba cuando no tenía la pelota para admirar sus movimientos y las indicaciones a sus compañeros.

Salvo en la cancha de Nacional, en ningún otro estadio de futbol del mundo, se ha guardado un minuto de silencio en memoria de el autor de “El césped” uno de los numerosos cuentos futbolisticos escritos por Mario Benedetti.

Este Martes, 9 de junio, en el Circulo Mercantil de Sevilla, a las 20:30 horas la Sevilla literaria rinde homenaje póstumo a Mario Benedetti y De Granito estará allí para decirle: ¡Don Mario ganó Nacional!

3 comentarios:

  1. Espectacular y mi enhorabuena. Sin duda alguna este blog tiene algo más que fútbol.

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  2. me encantan estas entradas,sin duda la historia del fútbol sevillista es para aprenderla,enmarcarla y valorarla,felicidades por vuestro blog,sevillistas de granito,un abrazo del papi.

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  3. hola te escribo desde las peña la zurda de diamante, viendo la respuesta tan bien aceptada sobre el I ENCUENTRO DE BLOGEROS SEVILLISTAS, a ver si os parece el 4 Julio, confimar en pcslazurdadediamante@gmail.com, un saludo, confimar de que blog sois y cuantos vais a venir

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