Llega el fútbol una
temporada más a Nervión, aunque esta que mañana comienza, parece que no viene, por muchos
motivos, con buena pinta.
Es cierto que ya no están
en la plantilla –aunque todavía en algún caso pueden volver cuando termine su
cesión – determinados futbolistas que han lastrado durante varios años el
crecimiento deportivo del club.
Es cierto también que,
aparentemente, se han cubierto algunas carencias importantes en la difícil
tarea de equilibrar una plantilla que, deportivamente hablando, no tenía nivel
para aspiraciones europeas. Pero hasta el día de hoy, y esperando que el cierre
del mercado el próximo día 31 de Agosto, no nos depare alguna sorpresa
desagradable, los futbolistas que han venido, mejora sustancialmente el nivel
de la plantilla de temporadas anteriores.
Faltaría, en mi opinión, y para cuajar una plantilla con aspiraciones reales de volver a la senda de las competiciones europeas, un central zurdo y un tercer delantero o media punta goleador. Pero es solo mi opinión, claro.
Si en el aspecto
futbolístico la temporada empieza con muchas interrogantes, en el aspecto
institucional la situación es muy, pero que muy preocupante. A la delicadísima
situación procesal de nuestro Presidente, ya analizada con meridiana claridaden este blog, se le une la fractura social de una aparte muy importante de la
afición sevillista– los Biris Norte – con la cúpula dirigente del Sevilla
Fútbol Club.
La mayoría de los
aficionados asistimos con perplejidad al desarrollo de los acontecimientos,
cuyo último capitulo –seguro que no será el último – ha sido el comunicado de
los Biris Norte, anunciando su deserción del ejército sevillista en los días de
partido. Algo inaudito para quien siente en sevillista
También en este asunto nos
hemos pronunciado los que formamos este blog titulado “De Granito”. Decíamos hace apenas unas semanas que los Biris, el corazón del sevillismo debería
erradicar a los violentos de su núcleo dirigente; o en su caso no dar soporte a
quienes con sus actitudes violentas, no representan al sevillismo.
El club no tiene otra
salida que proteger el buen nombre, la historia y la decencia de nuestro
escudo, nuestra bandera y nuestra afición. Algo que en Rota, por enésima vez, fue manchado y
deshonrado por ese grupo de violentos que, insisto, no representan ni a los
Biris, ni al sevillismo.
Si hay que corregir
situaciones injustas para que no paguen justos por pecadores en el acceso al
estadio, el club ya ha dicho que lo hará; si un socio de Gol Norte, uno solo,
considera que no son respetados sus derechos y que las medidas adoptadas por el
Consejo de administración son abusivas y discriminatorias, tiene toda la razón
del mundo para denunciarlo, y el Club tendrá que solucionarlo, pero no nos
confundamos: esas medidas tienen como objetivo, erradicar la violencia física y
verbal de una parte de la Grada Norte del Ramón Sánchez Pizjuán. Y con ese fin,
estamos de acuerdo en este blog.
Los Biris han decidido
tirarse al monte. Si lamentable y canallesco fue el espectáculo que dieron con
su comportamiento en el partido homenaje a Antonio Puerta, - en un momento pensé que estaba en el Vicente
Calderón, de cómo chillaban a los sevillistas de otras zonas cuando animábamos
al equipo – su comunicado donde anuncian su deserción del sevillismo es
absolutamente deplorable. Y querer justificar esa deserción
con presuntas irregularidades en la gestión del club es, cuando menos, absurdo.
Si las hay y pueden
demostrarlo, que las denuncien; si no están de acuerdo con la manera de
gestionar el club, que lo manifiesten en aquellos foros que el sevillismo tiene
para ello. Incluido, por supuesto, el Ramón Sánchez Pizjuán, donde nunca se ha
cercenado la libertad de expresión si esta se produce con respeto y sin
insultos.
Pero renunciar a ese compromiso de apoyo incondicional al Sevilla Fútbol Club, mancha la inmaculada página de los Biris en la centenaria historia del Sevilla. Desde 1975, varias generaciones de Biris, ahora desparramados por los cuatro puntos cardinales del estadio, entendieron que el Sevilla Fútbol Club, era, por encima de las personas, lo más valioso de nuestras vidas porque su escudo y su bandera formaba parte de nuestra propia familia. Y ese vínculo, roto ahora por los Biris Norte en 2012, es un error de incalculables consecuencias para el sevillismo.
Cuando la crisis ha dejado
en su casa esta temporada a miles de sevillistas sin poder sacarse el carnet,
era el momento de suplir sus ausencias y rellenar ese cemento vacío con las
gargantas incansables de quienes han venido siendo, desde su fundación, el
corazón del sevillismo.
Pero “los guardianes de
Nervión”, han decidido, por primera vez en sus 37 años de existencia, no acudir a Nervión. Se equivocan gravemente y ojalá recapaciten y vuelvan
a Gol Norte dejando fuera a los violentos. Su aliento es ahora tan necesario
como siempre y nunca hemos logrado nada cuando el sevillismo ha estado
fraccionado. Si se mantienen en el error, vendrán, no tengan duda, otros sevillistas que ocupen su lugar.