Todo aquél que haya visto la película "Los Intocables de Eliot Ness" de Brian de Palma, podrá recordar su trama, basada en hechos reales y trata sobre la vida real de Eliot Ness, un agente del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos.
Con un argumento expuesto desde el prisma del agente incorruptible ante los sobornos del hampa en la época de la Ley Seca del Chicago de los años 30, Ness se hace en principio con grupo de colaboradores de 50 agentes, que a posteriori, y debido a la conocida corrupción policial existente que reinaba en la ciudad, el grupo tuvo que ser reducido a 15, para terminar trabajando al lado de 9 hombres, Los Intocables, todo ello con la finalidad de resolver la tarea de intentar detener al mayor exponente de la mafia en Chicago por aquella época, Al Capone.
Uno de los intentos de soborno de Al Capone hacia algunos de los agentes de Ness, fue aprovechado por Eliot para apodar a sus agentes a través de la prensa, "Los Intocables", dando así un rapapolvo público al mafioso gángster.
En nuestra ciudad, y en el ámbito que nos ocupa, el fútbol, tenemos también un grupúsculo de personajes que, haciendo un símil, bien podríamos llamarlos "Los Infalibles de Eliot Ness", y pertenecen todos al escurridizo mundo de la prensa deportiva de la ciudad donde reside y habita, uno de los cuatro semifinalistas de la Copa del Rey, el Sevilla Fútbol Club.
Es un tema que da para mucho, y procurando no irme demasiado por las ramas, perdiéndonos en todos los árboles que conforman ese bosque de empresas de comunicación, intereses, odios, envidias, cuentas de resultados, audiencias, ansias de ocupar puestos, nóminas, etc., es mejor quedarnos con el principio de la “navaja de Occam”.
El principio de la “navaja de Occam”, dice que: "En igualdad de condiciones la solución más sencilla es probablemente la correcta", llegando al punto de que cuando ocurre un fenómeno o hecho inexplicable para la Ciencia, el razonamiento indica que "la explicación más simple y suficiente es la más probable - más no necesariamente la verdadera".
Para los "Infalibles" de nuestra ciudad, ese grupito o pandilla que pulula por prensa, radio y televisiones locales, la explicación más simple y suficiente para sus oyentes, es la más probable, y esta explicación, en los temas relacionados con el equipo más grande del sur de Europa, el Sevilla Fútbol Club, es la que relatan a su audiencia día a día, aunque no necesariamente, sea la verdadera.
Es importante esto último: aunque no necesariamente sea, la verdadera.
Resumiendo, un periodista escucha algo que alguien ha contado en la ciudad deportiva, o alguien le cuenta algo en una cafetería, y como su trabajo diariamente, es dar noticias sobre el Sevilla Fútbol Club en un programa deportivo o en un artículo escrito, hace un reportaje, lo publica, y lo lanza a los cuatro vientos a través de la tinta y de las ondas. Pero estos personajes, no contentos con los resultados obtenidos, o sí, quien sabe, van más allá todavía, haciendo uso diariamente de una actitud peyorativa, que para ellos se queda.
Con un argumento expuesto desde el prisma del agente incorruptible ante los sobornos del hampa en la época de la Ley Seca del Chicago de los años 30, Ness se hace en principio con grupo de colaboradores de 50 agentes, que a posteriori, y debido a la conocida corrupción policial existente que reinaba en la ciudad, el grupo tuvo que ser reducido a 15, para terminar trabajando al lado de 9 hombres, Los Intocables, todo ello con la finalidad de resolver la tarea de intentar detener al mayor exponente de la mafia en Chicago por aquella época, Al Capone.
Uno de los intentos de soborno de Al Capone hacia algunos de los agentes de Ness, fue aprovechado por Eliot para apodar a sus agentes a través de la prensa, "Los Intocables", dando así un rapapolvo público al mafioso gángster.
En nuestra ciudad, y en el ámbito que nos ocupa, el fútbol, tenemos también un grupúsculo de personajes que, haciendo un símil, bien podríamos llamarlos "Los Infalibles de Eliot Ness", y pertenecen todos al escurridizo mundo de la prensa deportiva de la ciudad donde reside y habita, uno de los cuatro semifinalistas de la Copa del Rey, el Sevilla Fútbol Club.
Es un tema que da para mucho, y procurando no irme demasiado por las ramas, perdiéndonos en todos los árboles que conforman ese bosque de empresas de comunicación, intereses, odios, envidias, cuentas de resultados, audiencias, ansias de ocupar puestos, nóminas, etc., es mejor quedarnos con el principio de la “navaja de Occam”.
El principio de la “navaja de Occam”, dice que: "En igualdad de condiciones la solución más sencilla es probablemente la correcta", llegando al punto de que cuando ocurre un fenómeno o hecho inexplicable para la Ciencia, el razonamiento indica que "la explicación más simple y suficiente es la más probable - más no necesariamente la verdadera".
Para los "Infalibles" de nuestra ciudad, ese grupito o pandilla que pulula por prensa, radio y televisiones locales, la explicación más simple y suficiente para sus oyentes, es la más probable, y esta explicación, en los temas relacionados con el equipo más grande del sur de Europa, el Sevilla Fútbol Club, es la que relatan a su audiencia día a día, aunque no necesariamente, sea la verdadera.
Es importante esto último: aunque no necesariamente sea, la verdadera.
Resumiendo, un periodista escucha algo que alguien ha contado en la ciudad deportiva, o alguien le cuenta algo en una cafetería, y como su trabajo diariamente, es dar noticias sobre el Sevilla Fútbol Club en un programa deportivo o en un artículo escrito, hace un reportaje, lo publica, y lo lanza a los cuatro vientos a través de la tinta y de las ondas. Pero estos personajes, no contentos con los resultados obtenidos, o sí, quien sabe, van más allá todavía, haciendo uso diariamente de una actitud peyorativa, que para ellos se queda.
Cualquiera puede escucharlos o leerlos, y se vanaglorian de ser lo más veraces posibles, y sobre todo de defender, a capa y espada, al fútbol sevillano, aunque esto último suene a mofa en cuanto uno hace memoria y recuerda el papelito de algunos en la célebre batalla televisiva en la que estuvo inmerso el Sevilla Fútbol Club en defensa de sus intereses.
Pero hay algo peor, y esto es lo más penoso; resulta que también son capaces de adelantarse en el tiempo, y de predecir todo lo que va a ocurrir en el devenir del fútbol de nuestra ciudad. En esa torticera actitud, basan todo su trabajo. En vender desde varios coros, y todos a la vez, la verdad de lo que cuentan, incluso antes de que esta se produzca en el discurrir del tiempo, independientemente de que si lo que están contando, será verdad o no lo será.
Pero hay algo peor, y esto es lo más penoso; resulta que también son capaces de adelantarse en el tiempo, y de predecir todo lo que va a ocurrir en el devenir del fútbol de nuestra ciudad. En esa torticera actitud, basan todo su trabajo. En vender desde varios coros, y todos a la vez, la verdad de lo que cuentan, incluso antes de que esta se produzca en el discurrir del tiempo, independientemente de que si lo que están contando, será verdad o no lo será.
Si el oyente o el lector se lo cree, ellos habrán cumplido su misión.
Si para ello es necesario repetir una y mil veces que ellos lo que hacen es informar, sin faltar al respeto, lo harán. Si para ello es necesario decir una y otra vez que la información está contrastada, lo harán.
Y a mí, no me queda más remedio que preguntarme: ¿Desde cuándo hay que contrastar la verdad?. Se supone que algo que es verdad, no hay que contrastarlo, lo que hay que hacer, es demostrarlo. Es decir, usted dice que ha habido un tsunami carmesí en la ciudad de Sevilla, y es cierto, todos lo hemos visto. No hay que contrastarlo, y se demuestra con unas sencillas y preciosas imágenes de una Copa de la UEFA navegando por el río de nuestra ciudad, atravesando engalanados puentes de plata, hasta llegar a la Torre del Oro.
El problema llega cuando los "Infalibles", jugando a futurólogos de tres al cuarto, se aventuran a dar por cierto todos los rumores, dimes, diretes, y demás desinformación que circula por ahí suelta.
Tenemos dos ejemplos muy recientes: Luis Fabiano se queja de una molestia en un entrenamiento, los médicos dicen que no tiene nada, O'Fabuloso se retira al vestuario, y ahí que van los "Infalibles" a airear a los cuatro vientos que Luis Fabiano y Manolo Jiménez se han peleado. Y eso es lo que hay que contrastar antes de difamar: la noticia, no la verdad. Es el ABC del periodismo, contrastar la noticia.
Si para ello es necesario repetir una y mil veces que ellos lo que hacen es informar, sin faltar al respeto, lo harán. Si para ello es necesario decir una y otra vez que la información está contrastada, lo harán.
Y a mí, no me queda más remedio que preguntarme: ¿Desde cuándo hay que contrastar la verdad?. Se supone que algo que es verdad, no hay que contrastarlo, lo que hay que hacer, es demostrarlo. Es decir, usted dice que ha habido un tsunami carmesí en la ciudad de Sevilla, y es cierto, todos lo hemos visto. No hay que contrastarlo, y se demuestra con unas sencillas y preciosas imágenes de una Copa de la UEFA navegando por el río de nuestra ciudad, atravesando engalanados puentes de plata, hasta llegar a la Torre del Oro.
El problema llega cuando los "Infalibles", jugando a futurólogos de tres al cuarto, se aventuran a dar por cierto todos los rumores, dimes, diretes, y demás desinformación que circula por ahí suelta.
Tenemos dos ejemplos muy recientes: Luis Fabiano se queja de una molestia en un entrenamiento, los médicos dicen que no tiene nada, O'Fabuloso se retira al vestuario, y ahí que van los "Infalibles" a airear a los cuatro vientos que Luis Fabiano y Manolo Jiménez se han peleado. Y eso es lo que hay que contrastar antes de difamar: la noticia, no la verdad. Es el ABC del periodismo, contrastar la noticia.
El segundo ejemplo es la interpretación del periodismo deportivo sevillano sobre la no inclusión de Enzo Maresca en las dos últimas convocatorias tras la "rajada" de éste último en sala de prensa. Manolo Jimenez ha declarado hoy en rueda de prensa que dejó fuera al italiano el día del Valencia por decisión técnica, y no viaja a Gijón por lesión. Nuestros "infalibles" cuentacuentos barruntan que hay algo más.
Puede pasar - sería lo peor - que en el caso que nos ocupa de Luis Fabiano, - ya veremos si tambien se la tienen que envainar en el caso de Maresca -, y ése supuesto enfrentamiento con Manolo Jiménez, la noticia fuese que no hay noticia, como desmintieron los dos protagonistas. En ese supuesto, publicar una noticia a sabiendas de que es falsa la misma, nuestros "Infalibles plumillas" sevillanos estarían adquiriendo unos hábitos similares a los de aquellos primitivos intocables, que empezaron siendo cincuenta y Al Capone, siniestramente, redujo a nueve.
Amigos de Granito:
ResponderEliminarGracias por vuestro post, habeis conseguido describir el mundo corrupto de desinformación y mafía que cubre el mal llamado periodismo deportivo de Sevilla.
Yo siempre pienso que son unos grandes profesionales ( Ejemplos: V.Fernandez,Aguilar,Calado,Peris, Almansa-Caldas, Ortega, Chazarri, etc. etc. etc.)pero de la desinformación y del servilismo.
Cierto amigos: Está TACO de bien.
Para adelante y ¡Viva el Sevilla FC!
Fdo.- Antonio Díaz
Me encanta el post.Enhorabuena,Michelangelo.
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