No hay lugar para pensar más allá de la victoria contra el Deportivo de la Coruña mañana en la bombonera de Nervión. Sólo un triunfo más y habremos redondeado una magnifica temporada. Tres puntos más y a soñar con estar en el bombo de los campeones en la liga de los campeones.
Con la agradable y sorpresiva novedad de Chevantón, que vuelve tras cerca de tres meses de ausencia en la lista de convocados, - también vuelve Koné- el equipo debe superar la ansiedad de tener el objetivo tan cerca y competir como lo ha venido haciendo desde el principio de la temporada.
Huele a otra noche mágica en el Ramón Sánchez Pizjuán. El estadio se llenará y en la previa mas de cuarenta y cinco mil sevillistas diremos hasta siempre a nuestro gran capitán.
Tras el sincero, sentido, cálido y merecido homenaje a Javi Navarro la afición deberá llevar en volandas al equipo hasta conseguir la victoria. El premio de la Champions está a sólo tres puntos. Y no podemos perder ese tren. La crisis llegará tarde o temprano al mundo del fútbol, y cuando eso ocurra, que será muy pronto, nuestro club debe estar protegido con el abrigo que da los ingresos de la mejor competición de clubes del mundo.
No será fácil doblegar al equipo de Lotina, aunque las estadísticas digan que en esta temporada hemos vencido en las tres ocasiones en las que nos hemos enfrentado. Muy lejos queda aquel sonsonete de que el Depor era nuestra bestia negra.
Sin confianzas, con intensidad, sabiendo competir en cada momento del partido, leyendo bien lo que ocurre en el césped, teniendo paciencia, no dando opciones atrás, con la afición empujando siempre, esas son las claves para ganar al Deportivo de la Coruña.
Mañana debemos cerrar la temporada con nota alta. La Champions League nos espera.
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