Venimos insistiendo ya hace tiempo que en España la competición liguera no trata a todo el mundo por igual.
El punto de partida para esta discriminación deportiva entre los galácticos y los demás, estriba, en mi opinión, en el aspecto societario del fútbol español. Y en concreto, en la desigualdad legal con las que la mayoría de los equipos españoles, convertidos por Decreto Ley en Sociedades Anónimas Deportivas, se tienen que enfrentar con los poderosos que no tienen ese corsé legal.
Difícilmente un club que tenga que rendir cuentas periódicamente ante un Consejo de Administración y anualmente ante una Asamblea General de Accionistas, puede permitirse el lujo de derrochar, despilfarrar, (pónganle el calificativo que quieran) que se permiten las dos grandes potencias deportivas y económicas del fútbol español: El Real Madrid y el Fútbol Club Barcelona.
Difícilmente un Consejo de administración de una sociedad anónima deportiva aprobaría desembolsar, en una sola semana, y en solo tres futbolistas, el dinero equivalente al cincuenta o al sesenta por ciento del presupuesto anual de ese club.
No entramos en consideraciones morales ni éticas. A pesar de la crisis económica que asola el mundo, del brutal aumento del desempleo, y de todas esas malas noticias que nos traen diariamente los periódicos, cada uno es libre de gastarse el dinero como quiera y a donde quiera. Pero el problema es que ni Florentino Pérez ahora, ni Ramón Calderón antes, se gastan el dinero de su bolsillo. Invierten con el sostén financiero del club y además lo hacen sin ningún control administrativo, sin ninguna garantía financiera y lo que es peor, con total ausencia del control del gasto. Por eso algunos, cuando dejan la presidencia, van directamente a los juzgados.
Desde muchos foros deportivos salen voces reclamando sensatez ante el despilfarro, cordura ante el derroche, prudencia ante el exceso. Pero todas esas voces, incluida la del mismísimo Presidente de la UEFA, Michel Platini, son cercenadas, ignoradas o ridiculizadas por el batallón mediático que el Madrid tiene montado en sus distintas tribunas deportivas.
"El Madrid ha arruinado el mercado” ha denunciado Platini. “Cerca de la mitad de los clubes funciona con pérdidas, y eso no puede ser”, insiste. “Muchas entidades están gestionadas de manera artesanal, mediante los recursos de sus presidentes”, añade. “Los fichajes faraónicos alimentan una subida de inflación que repercute negativamente en todos los clubes de Europa", termina diciendo el Presidente de la UEFA.
Y anuncia medidas para el 2012, aunque está por ver si se lo van a permitir, añado yo. “En 2012 introduciremos el fair play financiero. Sólo se podrán comprar jugadores con los recursos propios, sin ayudas externas que favorezcan la especulación. La mayoría de los presidentes de los clubes y la ley está con nosotros en este asunto".
El punto de partida para esta discriminación deportiva entre los galácticos y los demás, estriba, en mi opinión, en el aspecto societario del fútbol español. Y en concreto, en la desigualdad legal con las que la mayoría de los equipos españoles, convertidos por Decreto Ley en Sociedades Anónimas Deportivas, se tienen que enfrentar con los poderosos que no tienen ese corsé legal.
Difícilmente un club que tenga que rendir cuentas periódicamente ante un Consejo de Administración y anualmente ante una Asamblea General de Accionistas, puede permitirse el lujo de derrochar, despilfarrar, (pónganle el calificativo que quieran) que se permiten las dos grandes potencias deportivas y económicas del fútbol español: El Real Madrid y el Fútbol Club Barcelona.
Difícilmente un Consejo de administración de una sociedad anónima deportiva aprobaría desembolsar, en una sola semana, y en solo tres futbolistas, el dinero equivalente al cincuenta o al sesenta por ciento del presupuesto anual de ese club.
No entramos en consideraciones morales ni éticas. A pesar de la crisis económica que asola el mundo, del brutal aumento del desempleo, y de todas esas malas noticias que nos traen diariamente los periódicos, cada uno es libre de gastarse el dinero como quiera y a donde quiera. Pero el problema es que ni Florentino Pérez ahora, ni Ramón Calderón antes, se gastan el dinero de su bolsillo. Invierten con el sostén financiero del club y además lo hacen sin ningún control administrativo, sin ninguna garantía financiera y lo que es peor, con total ausencia del control del gasto. Por eso algunos, cuando dejan la presidencia, van directamente a los juzgados.
Desde muchos foros deportivos salen voces reclamando sensatez ante el despilfarro, cordura ante el derroche, prudencia ante el exceso. Pero todas esas voces, incluida la del mismísimo Presidente de la UEFA, Michel Platini, son cercenadas, ignoradas o ridiculizadas por el batallón mediático que el Madrid tiene montado en sus distintas tribunas deportivas.
"El Madrid ha arruinado el mercado” ha denunciado Platini. “Cerca de la mitad de los clubes funciona con pérdidas, y eso no puede ser”, insiste. “Muchas entidades están gestionadas de manera artesanal, mediante los recursos de sus presidentes”, añade. “Los fichajes faraónicos alimentan una subida de inflación que repercute negativamente en todos los clubes de Europa", termina diciendo el Presidente de la UEFA.
Y anuncia medidas para el 2012, aunque está por ver si se lo van a permitir, añado yo. “En 2012 introduciremos el fair play financiero. Sólo se podrán comprar jugadores con los recursos propios, sin ayudas externas que favorezcan la especulación. La mayoría de los presidentes de los clubes y la ley está con nosotros en este asunto".
Estas declaraciones del Presidente de la UEFA, escondidas en las paginas interiores del diario AS o del diario MARCA para que pasen desapercibidas, se suman a otras voces autorizas en el mundo del fútbol que ven en esta forma de gestionar los clubes, el principio del fin de un deporte que poco a poco se va apartando de la realidad social que le rodea.
En España cada vez es más difícil disputarle un titulo de Liga en igualdad de condiciones a las dos grandes potencias económicas de nuestro futbol. Sencillamente porque el escalón entre ellos y los demás se agranda a pasos agigantados. Y si casualmente las cosas se tuercen para alguno de los dos, viene Sánchez Arminio y sus muchachos para que todo esté controlado.
Y así llevamos, llevan mejor dicho, más de cien años pisoteando en España a todo aquel proyecto futbolistico alternativo que le pueda hacer sombra al nacional-madridísmo y sus adlateres. Pero no se saldrán con la suya. Aquí abajo, en el Sur, existe un proyecto deportivo que quiere ser, ya lo es de algún modo, alternativa a esa visión galáctica del fútbol cuyo objetivo prioritario es vender camisetas.
Y lo veremos tu y yo, sí o sí.
Pedazo de artículo, me ha encantado. De acuerdo al 100 %. Enhorabuena.
ResponderEliminarPD. Cualquiera que conozca un pelín al Presidente sabe que no se marchará sin que el Sevilla gane una Liga.
... "lo mejor sigue estando por llegar."