sábado, 14 de julio de 2012

Ni revolución , ni inmovilísmo (Capitulo cuatro y último: El Presidente)



El Sevilla de los seis títulos en 17 meses, y que fue durante dos años consecutivos el mejor equipo del mundo, pasará a engrosar las enciclopedias del fútbol junto a otras grandes escuadras que han dado luz y esplendor a este maravilloso deporte de masas.

El Sevilla Fútbol Club del Centenario, se ganó a pulso un sitio en el Olimpo de los equipos más grandes de la historia del fútbol y ocupó un lugar preferente en ese escalafón donde estuvieron el Manchester United de Bobby Charlton de los años 50, el Inter de Suárez en la década de los 60, el Brasil y el Santos de Pelé en los 70, el Benfica de Eusebio y el Ajax de Cruyff, la Argentina de Maradona en los 80, el Madrid de Di Stéfano en blanco y negro, y el Barcelona de Guardiola y Messi 

Y esos éxitos, subrayados con tinta indeleble en la memoria histórica del sevillismo, fueron posibles gracias a que llegó a la Presidencia del Sevilla Fútbol Club, un hombre, sevillista desde la cuna, arrojado, arrollador y con una tremenda ilusión para hacer de su club, una entidad respetada, admirada y envidiada en todo el orbe futbolístico.

José María del Nido Benavente arrancó su gestión presidencial cuando el club venía de largas décadas de ostracismo y de una situación interna convulsa que enfrentaba a sevillistas contra sevillistas con una frase y un gesto; la frase fue “Los 40 millones de deuda del club son calderilla para mi consejo de administración”; el gesto, escribir sobre una servilleta de papel las gestas deportivas que aspiraba y que luego se alcanzarían.




Y ese Presidente, querido y admirado por el sevillismo, pero tildado de prepotente fuera de la familia sevillista, arrogante casi hasta generar odio ajeno allá donde va, insolente y provocador contra el poder absoluto de blaugranas y merengues, brazo armado contra el absolutismo ejercido desde las rotativas de Madrid, ferviente defensor de todo cuanto importara a los intereses de nuestra entidad, parece que también, como los títulos, ha pasado a la historia.

Más allá de su delicadísima situación procesal, de la que ya hemos hablado en este blog, no sabemos que queda de ese presidente al que 40 millones de euros de deuda le parecía calderilla al inicio de su mandato. Si nos atenemos a los balances económicos aprobados anualmente en las Juntas Generales de Accionistas, el club lleva varia años en números negros, y con un activo (a fecha de Diciembre de 2011), de varias decenas de millones de euros. Nuestra situación  financiera, es, de ser ciertos esos números, y no tenemos motivos para dudarlo, lo suficientemente solvente para tener, en estos tiempos de crisis, un colchón lo suficientemente grueso como para no prever a corto y medio plazo, ningún sobresalto económico.

Cierto es, que la pavorosa crisis en la que vive España, provocada por la oligarquía financiera y que también ha llegado al mundo del fútbol, obliga a ser muy prudente en el gasto, y a pelear cada euro para salvar el balance económico del ejercicio. Pero eso, que siempre debe ser una práctica obligatoria, no debe estar reñido con la exigencia y la ambición por tener cada día más,  una entidad poderosa en lo deportivo, en lo económico y en lo institucional.


Y no decimos que se haya renunciado a ello, pero los pasos que se viene dando en los últimos tiempos, van en camino contrario. Los grandes equipos nunca dan un paso hacía atrás, ni siquiera para coger impulso. Y nosotros –lo ha declarado el Presidente- lo hemos dado. La despedida de Kanouté es simbólicamente, la evidencia de ese fin de ciclo, que nuestros dirigentes no han sabido darle continuidad.

Estamos por tanto, donde siempre hemos estado deportivamente hablando. Cada año hemos bajado varios peldaños de esa figurada escalera del éxito que nos llevó a lo más alto y hemos pasado, en muy poco tiempo, de deslumbrar a Europa y al mundo con nuestro fútbol, a quedarnos fuera de las competiciones europeas. Y superar esa realidad, corresponde a quienes tienen la responsabilidad de la gestión del club.

Sabíamos que no era fácil mantenerse en el éxito; que ese ciclo victorioso que nos llevó a ser el más grande entre los grandes, era muy difícil de repetir, pero quien renuncia a seguir estando en la élite, quien a sabiendas de sus consecuencias, reduce su presupuesto y vulgariza la plantilla, debe saber que inicia un camino, que más temprano que tarde, le alejará de la Presidencia del club.

En ningún orden de la vida, y en fútbol tampoco, no existen los espacios vacíos. Y tarde o temprano llegará a la zona noble de Nervión otro que haga como aquél Del Nido que convirtió la deuda del club en calderilla. Un equipo grande nunca pueda partir de cero y solo hay que releer la gloriosa historia de nuestra entidad para saber lo que nos ha costado llegar hasta aquí. El sevillismo no quiere resignarse a morir de éxito, tras una travesía llena de obstáculos y dificultades.

José María Del Nido Benavente, ha cubierto de gloria nuestra reciente historia, y sabe la fórmula para no dilapidar nuestro patrimonio deportivo e institucional. Sabe como de orgullosos hemos estado los sevillistas de su gestión, y sabe que en nuestro ADN no ocupa lugar la resignación y la bajada de brazos. Él nos ayudó a recuperar nuestras señas de identidad, perdidas durante décadas en el valle de la mediocridad. Él nos enseñó a mirar a los ojos a los poderosos, a mantener esa mirada desafiante al que te quiere pisotear y supo siempre que en esa desigual batalla, tenía con él, el apoyo incondicional del sevillismo. Pero estos tiempos de crisis, no deben ser escusas para bajar los brazos.

La solución está en el consejo de Administración que nos traído hasta aquí, pero si de la planta noble del Ramón Sánchez Pizjuán, no sale una inequívoca señal de impulso para recuperar cuanto antes el prestigio deportivo perdido, los pañuelos en la grada dictaran sentencia más pronto que tarde. Y eso, desde cualquier punto de vista, sería lamentable. 

1 comentario:

  1. Nunca podria imaginar que alguien ajeno a mi pusiera negro sobre blanco lo que pienso.Gracias De granito,gracias.Repito, ha visto plasmadas de una forma bella lo que pienso y creo que pensamos muchisimos sevillistas.Gracias, me gustaria que este reportaje lo leyera Del Nido,quizas asi o volviera al trabajo bien hecho o dimitiera,

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