domingo, 25 de octubre de 2009

Juego bonito, empate frustrante


Curioso el futbol. Mientras que el Sevilla Fútbol Club, vuela alto en la liga de Campeones, aquí, en la competición doméstica, los rivales empiezan a coger el aire a un equipo hecho para jugar por bandas, pero que se atasca en cuanto el rival se las tapa.

A Jiménez se le cayeron en la previa la pareja más demoledora del futbol español y sevillano de los últimos tiempos. Ni Luis Fabiano ni Kanouté pudieron vestirse de corto aquejados, el primero de un proceso vírico, al igual que Drago, que también fue victima de él, y de un problema en el sóleo, el gran jugador de Mali.

Ante ese aluvión de bajas que mermaba claramente la pegada del equipo, Jiménez decidió cambiar el dibujo y volver a colocar a Renato por detrás de Negredo, no dándole la confianza a Koné en la dupla de ataque junto al vallecano.

El resultado de ese cambio táctico fue clarísimo: cuarenta y cinco minutos de futbol rápido, vibrante y que sin embargo no sirvió para abrir el marcador porque enfrente teníamos un RCD Español, ordenado, inteligente en la presión y que pudo dar la sorpresa si en las postrimerías del partido, Callejón aprovecha el servicio de Iván de la Peña para poner por delante al equipo catalán.

Tras el descanso, y tras otros quince minutos con el mismo sistema, Jiménez decidió volver al clásico 4-4-2 y el partido cambió al minuto de salir Capel, - ayer si recordó a ese jugador incisivo, rápido y desequilibrante que le llevó a la selección nacional-, provocando justamente, la expulsión de Pareja. El campo se inclinó definitivamente por la presión del Sevilla que obligaba al Español a reforzar sus tareas defensivas ayudado, en primer lugar, por un magnifico Kameni que abortó todas las ocasiones de gol que el equipo generaba. En segundo lugar, el Español se encontró con la manifiesta incapacidad de Turienzo para, por un lado, frenar el juego agresivo, violento a veces, de los periquitos, escamotearnos un penalty clarísimo por manos de Pareja y también para evitar la reiterativa perdida de tiempo de Kameni para poner el balón en juego.

Ayer el equipo tuvo más luces que sombras y no ganamos. Nos faltó aquello que a este equipo se le supone: pegada y definición. Muchos sevillistas ayer hubiéramos preferido aburrirnos y sacar los tres puntos. Tras el empate del Madrid en Gijón, perder los dos puntos de ayer fue frustrante. Pero esto es futbol, y no siempre gana quien juega mejor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario