Se nos marcha Luis Fabiano tras dejarnos,en los casi seis años que ha estado con nosotros, seis títulos en las vitrinas del Ramón Sánchez Pizjuán, 106 goles en la retina, (aquél gol en Eindhoven forma parte de la pelicula de nuestras vidas) y un montón de historias hermosas que contarles a nuestros nietos cuando las canas empiecen a revolotear sobre nuestras cabezas. Se marcha uno de los más grandes futbolistas que ha tenido el Sevilla Fútbol Club a lo largo y ancho de su dilatada, fecunda y gloriosa historia futbolística. Se marcha un delantero de leyenda, un jugador extraordinario y uno de los que han contribuido con su fútbol, a engrandecer, todavía más, al equipo más grande del Sur de Europa.
Luis Fabiano deja escrita con tinta imborrable, una de las páginas más brillantes de nuestra institución deportiva y forma parte ya, por derecho propio, de esa pléyade de grandes futbolistas que serán recordados, generación tras generación por el sevillismo. Incomprendido a veces, distraído en otras, confundido más de una vez, Luis Fabiano no es de esos futbolistas que enamoran con su sola presencia. Para triunfar en Nervión ha tenido que vencer hostilidades, soportar alguna que otra humillación, (Jiménez lo dejó en el banquillo siendo Pichichi), y nadar contra la corriente mayoritaria en el sevillismo que una temporada si, y la otra también, pedía a voces su traspaso.
Luis Fabiano será mucho más recordado, y sin duda más valorado, cuando el tiempo ponga sordina a sus éxitos, que han sido, sin duda alguna, los del Sevilla. Pasaran muchos años, muchas temporadas y muchas plantillas para que volvamos a tener en nuestras filas un delantero tan genial como O’ Fabuloso; para que presumamos de haber tenido al “9” de la canarinha vistiendo nuestra camiseta, para encontrar un futbolista que haya contribuido tanto al éxito de nuestro equipo. Luís Fabiano se va, una muestra más del ocaso de un ciclo, y su nombre se convertirá en leyenda viva del sevillismo por muchos años. Será recordado como parte fundamental de ese equipo de leyenda que nos dio tanta gloria, y sembró tanta alegría entre los sevillistas, que como nosotros, hemos formado parte activa de la época más grande del Sevilla Fútbol Club.
Grande entre los grandes, O' Fabuloso ya es historia, y empezaremos a echarle de menos muy pronto. Su precioso gol frente al Oporto, el equipo de donde vino, fue irónicamente el último con la camiseta sevillista. Allí en el Estadio de O Dragao, le dimos, Michalengelo y yo, el último aplauso como jugador sevillista, ése aplauso que no nos han permitido darle en su despedida. Suerte Luisfa y hasta siempre.
Luis Fabiano deja escrita con tinta imborrable, una de las páginas más brillantes de nuestra institución deportiva y forma parte ya, por derecho propio, de esa pléyade de grandes futbolistas que serán recordados, generación tras generación por el sevillismo. Incomprendido a veces, distraído en otras, confundido más de una vez, Luis Fabiano no es de esos futbolistas que enamoran con su sola presencia. Para triunfar en Nervión ha tenido que vencer hostilidades, soportar alguna que otra humillación, (Jiménez lo dejó en el banquillo siendo Pichichi), y nadar contra la corriente mayoritaria en el sevillismo que una temporada si, y la otra también, pedía a voces su traspaso.
Luis Fabiano será mucho más recordado, y sin duda más valorado, cuando el tiempo ponga sordina a sus éxitos, que han sido, sin duda alguna, los del Sevilla. Pasaran muchos años, muchas temporadas y muchas plantillas para que volvamos a tener en nuestras filas un delantero tan genial como O’ Fabuloso; para que presumamos de haber tenido al “9” de la canarinha vistiendo nuestra camiseta, para encontrar un futbolista que haya contribuido tanto al éxito de nuestro equipo. Luís Fabiano se va, una muestra más del ocaso de un ciclo, y su nombre se convertirá en leyenda viva del sevillismo por muchos años. Será recordado como parte fundamental de ese equipo de leyenda que nos dio tanta gloria, y sembró tanta alegría entre los sevillistas, que como nosotros, hemos formado parte activa de la época más grande del Sevilla Fútbol Club.
Grande entre los grandes, O' Fabuloso ya es historia, y empezaremos a echarle de menos muy pronto. Su precioso gol frente al Oporto, el equipo de donde vino, fue irónicamente el último con la camiseta sevillista. Allí en el Estadio de O Dragao, le dimos, Michalengelo y yo, el último aplauso como jugador sevillista, ése aplauso que no nos han permitido darle en su despedida. Suerte Luisfa y hasta siempre.
prueba
ResponderEliminar