Como diría ese gran sevillista que es Joaquín Caparros, el partido de hoy de nuestro Sevilla, ha sido de mamazo.
De mamazo la actitud de los jugadores durante todo el partido. Con once contra once, con 10 futbolistas en el campo y con dos jugadores menos, siempre hemos dado la cara.
De mamazo la capacidad de sufrimiento de unos futbolistas, que en todo momento se han dejado la piel en el campo y que siempre han creído en sus posibilidades
De mamazo, otra vez y siempre, esa leyenda del futbol que se llama Frederick Kanouté, el mejor futbolista que han visto mis ojos vestidos con la gloriosa camiseta del Sevilla FC.
De mamazo el entrenador, que además de ayudar al equipo con los cambios, ha sabido leer desde el banquillo aquello que era lo que más convenía en cada momento. Magistral la decisión, cuando pintaban bastos, de colocar a Cáceres en el eje de la defensa y Coke en el lateral derecho.
De mamazo Fernando Navarro, ese lateral izquierdo que cada vez pide a gritos volver a ser convocado por la selección española; de mamazo Medel y Navas, remando siempre a favor del equipo y derrochando generosidad en el esfuerzo; de mamazo Javi Varas, un cancerbero que va camino de convertirse en uno de los grandes guardametas de nuestro equipo.
De mamazo – me pongo de pie – para esa gran afición sevillista, que ha sabido llevar en volandas siempre a nuestro equipo y que ha sido parte activa y protagonista principal en esta trabajada y sufrida victoria contra el Valencia.
De mamazo la comunión del equipo y la afición, con toda la grada en su sitio, sin moverse, hasta que el equipo no saludó desde el centro del campo tras la finalización del partido.
De mamazo los tres partidos consecutivos dejando la portería a cero, algo que los sevillistas exigíamos y anhelábamos cuando se trajo a este cuerpo técnico.
De mamazo el seguir invicto en la competición liguera tras un inicio de liga duro, complicado y exigente. Hemos dejado atrás a Villareal, Málaga y Valencia y estamos en todo lo alto.
De mamazo la trayectoria del equipo, que gana en casa todo lo que juega, y no pierde en sus desplazamientos.
De mamazo, en definitiva, el partido de esta tarde en el Ramón Sánchez Pizjuán, porque los que hemos estado en la grada, hemos vuelto a sentir las mismas vibraciones y sensaciones que nos hicieron grandes en España y en Europa, muy recientemente.
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