No por esperado, el atraco a mano armada perpetrado hoy en la guarida de uno de los dos ladrones de la liga, es menos indignante. Ese pistolero del Oeste que lleva un pito en vez de una pistola, se la tiene jurada a nuestro equipo. Y no lo disimula. Cada vez que puede, nos mete la mano en la cartera sin ningún tipo de pudor.
Hoy, ante toda España, y con la TV por testigo, se ha inventado un penalti muy dudoso en el descuento (dio cuatro exagerados minutos, que luego se convirtieron casi en ocho); nos machacó a tarjetas en el segundo tiempo, a pesar de que nuestra primera falta fuese en el minuto 42 de la primera parte; nos sacó nueva tarjetas amarillas cuando hemos hecho soló 7 faltas; dejó con nueve en los momentos claves del partido y sobre todo dejó el tufo de que el FC Barcelona tenía que ganar el partido como fuese.
Iturralde no se ha salido hoy con la suya. Javi Varas (y el equipo entero) no se lo ha permitido. El cuatrero del pito negro sale con el rabo entre las piernas y con el pito incrustado en el trasero.
Grande Sevilla y Grande Javi Varas, extraordinario durante todo el partido y memorable en el penalti que le para a Messi. Sólo siete partidos de liga ha necesitado Marcelino para parar la hemorragia defensiva que era nuestro equipo. Y hoy, en el Nou Camp, donde casi todos salen con una manita, hemos superado la prueba del algodón. Este equipo defiende espectacularmente y seguimos con la media inglesa, que seguro, nos lleva al objetivo.
Disfrutad sevillistas, disfrutad. Que afortunadamente Iturralde no nos volverá a pitar en toda la primera vuelta. Ya se encargará Del Nido, como lo hizo en la final de Copa frente al Getafe, de que así sea.
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