jueves, 20 de mayo de 2010

¡¡ Campeones de sombrerazo !!


Con la voz rota y el corazón todavía inundado de lágrimas de felicidad, vuelvo de Barcelona para dar las gracias a cuantos han hecho posible que mi Sevilla, tu Sevilla, nuestro Sevilla, se haya graduado con matricula de honor entre los grandes equipos de España. Diez son los títulos que lucen en nuestro palmarés, algo sólo igualado por los históricos de nuestro fútbol; siete son los títulos conseguidos en esta década prodigiosa por el mejor equipo de Europa de todos los tiempos y cinco Copas de España en nuestra sala de trofeos. Hemos entrado, y para quedarnos para siempre, en el Olimpo del fútbol en España.

Porque el Sevilla Fútbol Club escribió ayer noche en el Nou Camp, una de las páginas más brillantes de su historia. Enorme el calor humano de una afición inconmensurable que, gracias a una eficaz gestión del Consejo de Administración, pudo desplazarse masivamente a 1000 kilómetros de distancia del Ramón Sánchez Pizjuán. Ayer el Sevilla Fútbol Club, demostró ante los miles de espectadores que vieron la final de la Copa del Rey en todo el mundo, el esplendor de su cantera, esa joya preciosa que se guarda como oro en paño allá por la carretera de Utrera, la fábrica de los sueños de Nervión, el laboratorio donde se fraguan futbolistas y personas, el alambique donde se destila sevillismo puro.

Navas, Capel y Luna, - increíble la madurez y la calidad de un chaval que quince día atrás defendía la permanencia del Sevilla Atlético en la Segunda División B y que ya puede alardear de ser Campeón de España con el equipo de sus amores - fueron ayer las figuras del equipo, pero también forman parte de esa plantilla que se ha traído para la capital de Andalucía la quinta Copa de España, Perotti, Cala, Lolo, José Carlos, Rodri y Javi Varas, cerca de una decena de futbolista canteranos que hacen de nuestro proyecto, el mismo que han fabricado Monchi y Del Nido, el de más solvencia y futuro del fútbol español con excepción de ese grandísimo Barcelona que pasea por España la exquisitez futbolística de la Masía.

Ayer en el cielo del Nou Camp volvimos a ver las estrellas asomándose por el tercer anillo para festejar el titulo con nosotros. En cada lágrima derramada, en cada sonrisa de oreja a oreja, siempre estuvieron presente nuestros sevillistas ausentes y entre ellos nuestro querido y añorado Antonio Puerta, a quien por fin sus compañeros de vestuario han podido dedicarles el título que le debiamos. Y cuando Palop, el eterno Palop, levantó ayer su primer título como capitán del Sevilla, nuestro corazón se estremeció en puro llanto. ¡Era tanta la felicidad! que creíamos estar en el cielo.

Sobre el partido sólo decir que vimos de nuevo a ese Sevilla ambicioso, con hambre de títulos, capaz de ningunear a un sobre valorado Atlético de Madrid, y que supo jugar la final con la solvencia propia de una plantilla acostumbrada a ganar finales, nada más y nada menos que seis de siete. Una plantilla que recupera tanto el estilo de juego que nos hizo brillar con luz propia entre 2005 y 2007, como la capacidad de antaño de rotar el equipo sin que nadie se resienta ante su ausencia. El ejemplo más claro de esa plantilla polivante donde el que sale es sustituido con plenas garantías por el que entra, lo tenemos en tres canteranos: Cala, Rodri y Luna. Si ya hemos hablado de Luna, lo de Rodri en Almería fue de sombrerazo y la aportación de Cala espectacular en el último tramo del campeonato.

Y dejo para el final a Antonio Álvarez, un profesional de solvencia contrastada a quien desde ya, creo necesario solicitar que se le dé el equipo el año próximo. Se ha ganado con creces llevar las riendas del equipo la temporada próxima. En sólo diez partidos ha cubierto con creces los objetivos del club, ha ganado un título –el primer entrenador de la cantera que lo consigue – y sobre todo ha aportado en ese corto espacio de tiempo la sabiduría e inteligencia necesaria para recuperar la autoestima de los futbolistas y conseguir que la plantilla crea en sus posibilidades; recuperar las señas de identidad de un estilo de juego más acorde con la plantilla a sus ordenes y trabajar para sacar a cada futbolista lo mejor de sí mismos en cada puesto.

Felicidades a todo el sevillismo, y disfrutemos de lo conseguido en esta década prodigiosa que parece no tener fin. Mal que les pese a algunos.

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