¿Crisis?

Decía el Presidente del Sevilla Fútbol Club, que era tal la exigencia de la competición, la calidad de la plantilla, y el nivel del equipo, que el día que no se ganase dos partidos seguidos habría que hablar de crisis.

No sé si es exagerado el término, pero es evidente que en apenas una semana, y cuando el camino parecía más llano, el equipo se ha dejado en el camino algunas plumas importantes con vistas a la lucha por el titulo de liga. Sin ser nada definitivo, la pérdida de cuatro puntos en nuestros dos últimos partidos como local han dejado en evidencia, no el proyecto, que eso son palabras mayores, pero si la solvencia de un equipo que dado el nivel que vienen mostrando los dos grandes, tiene la obligación de ganar siempre si no quiere verse a mitad de temporada descolgado de los puestos de cabeza.

Partido casi calcado el jugado esta tarde-noche en la bombonera de Nervión contra el Real Valladolid, al disputado la jornada anterior contre el Málaga. Primer tiempo pésimo y regalado al equipo contrario, infinidad de ocasiones falladas, rival que se adelanta en el marcador, espesura para circular el balón (aunque con Romaric en el campo las cosas mejoraron), dificultad para salir con el balón jugado, mitad por la presión arriba del rival, y mitad por las dificultades técnicas de nuestra línea defensiva para jugar el balón con criterio; rival que se queda en inferioridad numérica durante todo el segundo tiempo y dos nuevos puntos que vuelan de manera inmerecida del Ramón Sánchez Pizjuán.

Increíble ese rosario de ocasiones fallidas que de manera consecutiva han gozado, Luis Fabiano, Perotti y Koné. (Negredo ni apareció por el partido) y que de haber acertado alguna de ellas, el partido habría quedado finiquitado. Nos habíamos acostumbrado a tirar de eficacia en la pegada cuando el juego no era vistoso, pero hemos perdido la puntería.

No queda otra que seguir trabajando. La crisis, si la hubiera, se resuelve con trabajo y apretando los dientes. Los resultados volverán.