Que el fútbol es un estado de ánimo nadie lo pone en duda, y el nuestro está por los suelos tras la negrísima racha de resultados, juego y sensaciones en la que estamos inmersos. Por eso es muy importante el partido de esta noche en nuestra bombonera. Necesitamos salir de esa dinámica perdedora cuanto antes y el choque contra los alemanes, de no perderlo, es de los que reviven a un muerto.
Será muy dificl doblarle el pulso a los fornidos teutones, que además vienen crecidos. El Borussia es históricamente un grande de Alemania, que es lo mismo que decir de Europa. Y visitan el Ramón Sánchez Pizjuán en un formidable momento anímico y futbolístico. Todas las papeletas para pasar esta fase de grupo, no hay que engañarse, tienen color amarillo, pero el rojo y blanco de Nervión no ha dicho todavía su última palabra.
Superar la fase de grupos en estos momentos, daría arrobas de oxigeno a un equipo necesitado de victorias y obligado a dejar atrás esta nefasta trayectoria que nos ha sumido en una situación gravísima de la que urge salir. Por ello el equipo y la afición deben volver a conectar como en los mejores momentos de nuestro pasado reciente.
Jugamos con dos factores a nuestro favor que seguro servirán para igualar en el césped la actual superioridad alemana sobre el Sevilla. Uno, la grada. Se palpa en el sevillismo, o eso quiero pensar, que a pesar de todo, de nuestros errores en defensa, de nuestra debilidad en la construcción del juego, de las ausencias de futbolistas importantes y del conato de divorcio entre césped y grada, mañana pasaremos la fase de grupos.
El segundo factor que juega a nuestro favor, es que afortunadamente el trencilla no será Teixeira ni su hermano, ni el Gomina, ni Pérez Lasa, ni Delegado Ferreira, ni Turienzo Álvarez, ni Clos Gómez, (este si nos pitará en Madrid), ni Perez Burrull y Bernardino, felizmente retirados ambos anticipadamente, ni Undiano Mallenco, ni al nefasto Iturralde, ni ningún otro arbitrucho de nuestra liga, que nos joda. Ya sabéis mi teoría acerca de los tres títulos europeos que luce en nuestra sala de trofeos. Ninguno de esos galardones adornarían nuestra bombonera, si en Europa nos hubiese pitado cualquiera de estos. Jamás.
Por todo ello, porque podemos, porque el equipo nos ncesita, porque hay que volver a vivir una de esas noches mágicas de Nervión, nostros iremos con nuestras banderas. ¿Y tú?
Será muy dificl doblarle el pulso a los fornidos teutones, que además vienen crecidos. El Borussia es históricamente un grande de Alemania, que es lo mismo que decir de Europa. Y visitan el Ramón Sánchez Pizjuán en un formidable momento anímico y futbolístico. Todas las papeletas para pasar esta fase de grupo, no hay que engañarse, tienen color amarillo, pero el rojo y blanco de Nervión no ha dicho todavía su última palabra.
Superar la fase de grupos en estos momentos, daría arrobas de oxigeno a un equipo necesitado de victorias y obligado a dejar atrás esta nefasta trayectoria que nos ha sumido en una situación gravísima de la que urge salir. Por ello el equipo y la afición deben volver a conectar como en los mejores momentos de nuestro pasado reciente.
Jugamos con dos factores a nuestro favor que seguro servirán para igualar en el césped la actual superioridad alemana sobre el Sevilla. Uno, la grada. Se palpa en el sevillismo, o eso quiero pensar, que a pesar de todo, de nuestros errores en defensa, de nuestra debilidad en la construcción del juego, de las ausencias de futbolistas importantes y del conato de divorcio entre césped y grada, mañana pasaremos la fase de grupos.
El segundo factor que juega a nuestro favor, es que afortunadamente el trencilla no será Teixeira ni su hermano, ni el Gomina, ni Pérez Lasa, ni Delegado Ferreira, ni Turienzo Álvarez, ni Clos Gómez, (este si nos pitará en Madrid), ni Perez Burrull y Bernardino, felizmente retirados ambos anticipadamente, ni Undiano Mallenco, ni al nefasto Iturralde, ni ningún otro arbitrucho de nuestra liga, que nos joda. Ya sabéis mi teoría acerca de los tres títulos europeos que luce en nuestra sala de trofeos. Ninguno de esos galardones adornarían nuestra bombonera, si en Europa nos hubiese pitado cualquiera de estos. Jamás.
Por todo ello, porque podemos, porque el equipo nos ncesita, porque hay que volver a vivir una de esas noches mágicas de Nervión, nostros iremos con nuestras banderas. ¿Y tú?
para Michelangelo:cuando veniamos despues de la comida para coger el metro,no la llevavamos todas con nosotros,te acuerdas miguel angel?pero hoy hemos demostrado que aun seguimos muy vivos,mas de uno querian ya enterrarnos,pero al final ajo y agua.
ResponderEliminar