Cerramos el miercoles en nuestra bombonera el último partido del año y afortunadamente solventamos el choque con una victoria frente al Málaga. Tras mucho tiempo sin saborear la victoria, lo mejor que ocurrió en Nervión fue precisamente eso: ganar, romper una dinámica infernal de derrotas que lastraban las piernas y el cerebro de los futbolistas.
No importa que esa victoria, que casi deja encarrilada la eliminatoria de Copa, se produjese despues de un primer tiempo infame y con la sensación de un equipo muerto. El Málaga, un equipo malísimo que apesta a Segunda desde lejos, nos dejó las vergüenzas al aire en defensa con sólo buscar el flanco de Konko, un futbolista al que se le debería impedir que volviese a vestir nuestra camiseta. Impresentable no solo su actuación, nada novedosa por otra parte, sino su pertinaz indolencia ante cualquier adversidad, por su nulo compromiso con el grupo y por su falta de implicación con la camiseta del equipo que le paga.
Se ganó apelando a la épica y es lo que importa. A la épica y a la extraordinaria actuación, un partido más, de Romaric. Se echó el equipo a la espalda, pidió el balón cuando nadie lo quería, lo jugó siempre con sentido, se sacrificó cuando el equipo lo necesitaba, aportó gol, conectó con los extremos, la paró cuando tuvo que pararla, la movió cuando el partido lo necesitaba y sobre todo, Romaric dejó claro que, a diferencia de otros que comparten el mismo vestuario, no es un petardo.
Y siempre nos queda Kanouté. ¡Que pedazo de futbolista!, ¡Que gran profesional! Todo lo que se escriba es poco para reconocer la calidad futbolística, la capacidad de un profesional del futbol como pocos hemos visto en Nervión y la entrañable valía de un ser humano, que si es un gran futbolista, es todavía mejor persona. El otro día volvió a demostrar que siempre está cuando el equipo lo necesita, que siempre aporta lo mejor de su calidad para ponerla a disposición del grupo, que nunca se esconde, que siempre se sacrifica, aún a riesgo de lesionarse, que es capaz de jugar cuando otros se esconden, que suda, siente y defiende la camiseta y nuestro escudo con dignidad. Grande Kanouté. Grande entre los grandes de la historia centenaria de este glorioso club.
Ahora, con el parón navideño, le toca trabajar a la dirección deportiva para reforzar necesarimente en el mercado de invierno las carencias de esta plantilla, que de medio campo hacía atrás, está desequilibrada y descompensada. Del acierto en esa tarea, dependerá sin duda el devenir de nuestro equipo en esta complicada temporada en la que salvo giro copernicano en la segunda vuelta, nos veremos abocados a jugar una liga distinta a la que hemos jugado estos ultimos siete años.
Un abrazo muy fuerte a todos los sevillistas que nos hacen el honor de leer nuestro blog y nuestros mejores deseos de paz, salud y prosperidad en estas navidades que siempre se tiñen de blanquirrojo.
No importa que esa victoria, que casi deja encarrilada la eliminatoria de Copa, se produjese despues de un primer tiempo infame y con la sensación de un equipo muerto. El Málaga, un equipo malísimo que apesta a Segunda desde lejos, nos dejó las vergüenzas al aire en defensa con sólo buscar el flanco de Konko, un futbolista al que se le debería impedir que volviese a vestir nuestra camiseta. Impresentable no solo su actuación, nada novedosa por otra parte, sino su pertinaz indolencia ante cualquier adversidad, por su nulo compromiso con el grupo y por su falta de implicación con la camiseta del equipo que le paga.
Se ganó apelando a la épica y es lo que importa. A la épica y a la extraordinaria actuación, un partido más, de Romaric. Se echó el equipo a la espalda, pidió el balón cuando nadie lo quería, lo jugó siempre con sentido, se sacrificó cuando el equipo lo necesitaba, aportó gol, conectó con los extremos, la paró cuando tuvo que pararla, la movió cuando el partido lo necesitaba y sobre todo, Romaric dejó claro que, a diferencia de otros que comparten el mismo vestuario, no es un petardo.
Y siempre nos queda Kanouté. ¡Que pedazo de futbolista!, ¡Que gran profesional! Todo lo que se escriba es poco para reconocer la calidad futbolística, la capacidad de un profesional del futbol como pocos hemos visto en Nervión y la entrañable valía de un ser humano, que si es un gran futbolista, es todavía mejor persona. El otro día volvió a demostrar que siempre está cuando el equipo lo necesita, que siempre aporta lo mejor de su calidad para ponerla a disposición del grupo, que nunca se esconde, que siempre se sacrifica, aún a riesgo de lesionarse, que es capaz de jugar cuando otros se esconden, que suda, siente y defiende la camiseta y nuestro escudo con dignidad. Grande Kanouté. Grande entre los grandes de la historia centenaria de este glorioso club.
Ahora, con el parón navideño, le toca trabajar a la dirección deportiva para reforzar necesarimente en el mercado de invierno las carencias de esta plantilla, que de medio campo hacía atrás, está desequilibrada y descompensada. Del acierto en esa tarea, dependerá sin duda el devenir de nuestro equipo en esta complicada temporada en la que salvo giro copernicano en la segunda vuelta, nos veremos abocados a jugar una liga distinta a la que hemos jugado estos ultimos siete años.
Un abrazo muy fuerte a todos los sevillistas que nos hacen el honor de leer nuestro blog y nuestros mejores deseos de paz, salud y prosperidad en estas navidades que siempre se tiñen de blanquirrojo.
Feliz Navidad
ResponderEliminarhttp://arteysalero.wordpress.com/2010/12/24/este-mensaje-es-para-ti/
Feliz Navidad blanca y roja para todos los lectores de DE GRANITO.
ResponderEliminarQue el nuevo año venga repleto de ilusiones nuevas y cargado hasta los topes de felicidad y muchas alegrías en clave Sevillista.
Saludos.
Muchas felicidades para ti, tu familia y todos los lectores de tu blog
ResponderEliminarUn abrazo.
Hago un kit-kat en lo que me queda de aqui a la cena y las uvas para felicitaros a cada uno en vuestro blog y dejaros este último comentario del año que se nos va con mis mejores deseos sevillistas para el 2011.
ResponderEliminar¡felicidades y mucho sevillismo para el año que dentro de nada va a comenzar!