Tras hundir el submarino amarillo, el Sevilla Fútbol Club tiene a solo dos partidos la posibilidad real de jugar el año próximo en la Europa League. Lo hará si se planta en la final contra el FC Barcelona. Sin duda, y dada la irregular trayectoria del equipo en la Liga, es el camino más corto, para competir el año próximo, y por octava temporada consecutiva, en la élite del fútbol europeo.
De todo lo dicho y bueno sobre el partido contra el Villareal, me quedo con lo mejor de la noche: la vuelta al mundo del fútbol de Sergio Sánchez, un futbolista que quiso serlo aún a riesgo de su propia vida. Sergio volvió a vestirse de corto, se sintió futbolista de nuevo, se calzó las botas y reapareció a lo grande, en uno de esos partidos que él, y todos los sevillistas no olvidaremos nunca. Sergio le ha dado de forma valiente, un regate al infortunio, se ha enfrentado con su corazón y le ha ganado la batalla. El Sevilla recupera a un enorme profesional que además de jugar al fútbol, encara su vida con el tremendo orgullo de haber ganado el partido de su vida.
Toca pasar página de esa maravillosa noche que disfrutamos en nuestra bombonera y centrarse en sacar los tres puntos el sábado contra el Levante. El camino para ascender en la clasificación es el mostrado el otro día. Intensidad defensiva de todo el equipo, jugar más juntos en el centro del campo y aprovechar el estado de forma de Romaric - otro partidazo del de Costa de Marfil – y Negredo, dos futbolistas que se entienden de maravilla en el césped. Dejar la portería a cero en este Sevilla, suele ser sinónimo de victoria porque la dinamita arriba es notoria. No siempre se puede empezar perdiendo, ni todos los días se puede dar la vuelta al marcador.
Comienza este sábado la segunda vuelta y los tres puntos contra el Levante, deben ser los primeros de un equipo que obligatoriamente tiene que hacerse fuerte en casa evitando la sangría de puntos perdidos en la primera vuelta para conseguir los objetivos deportivos, que en palabra del Presidente, son los mismos que a principios de temporada. Hay muchísima distancia entre la clasificación actual de nuestro equipo y los puestos nobles de la tabla. Insalvable diría yo. Pero si hay alguna posibilidad de conseguirlo, es arreglando el desbarajuste defensivo que hemos mostrado durante toda la primera vuelta. Lo contrario nos llevará a jugar a la liga de los mediocres, esos que tienen entre ceja y ceja, alcanzar los cuarenta y tres puntos.
De todo lo dicho y bueno sobre el partido contra el Villareal, me quedo con lo mejor de la noche: la vuelta al mundo del fútbol de Sergio Sánchez, un futbolista que quiso serlo aún a riesgo de su propia vida. Sergio volvió a vestirse de corto, se sintió futbolista de nuevo, se calzó las botas y reapareció a lo grande, en uno de esos partidos que él, y todos los sevillistas no olvidaremos nunca. Sergio le ha dado de forma valiente, un regate al infortunio, se ha enfrentado con su corazón y le ha ganado la batalla. El Sevilla recupera a un enorme profesional que además de jugar al fútbol, encara su vida con el tremendo orgullo de haber ganado el partido de su vida.
Toca pasar página de esa maravillosa noche que disfrutamos en nuestra bombonera y centrarse en sacar los tres puntos el sábado contra el Levante. El camino para ascender en la clasificación es el mostrado el otro día. Intensidad defensiva de todo el equipo, jugar más juntos en el centro del campo y aprovechar el estado de forma de Romaric - otro partidazo del de Costa de Marfil – y Negredo, dos futbolistas que se entienden de maravilla en el césped. Dejar la portería a cero en este Sevilla, suele ser sinónimo de victoria porque la dinamita arriba es notoria. No siempre se puede empezar perdiendo, ni todos los días se puede dar la vuelta al marcador.
Comienza este sábado la segunda vuelta y los tres puntos contra el Levante, deben ser los primeros de un equipo que obligatoriamente tiene que hacerse fuerte en casa evitando la sangría de puntos perdidos en la primera vuelta para conseguir los objetivos deportivos, que en palabra del Presidente, son los mismos que a principios de temporada. Hay muchísima distancia entre la clasificación actual de nuestro equipo y los puestos nobles de la tabla. Insalvable diría yo. Pero si hay alguna posibilidad de conseguirlo, es arreglando el desbarajuste defensivo que hemos mostrado durante toda la primera vuelta. Lo contrario nos llevará a jugar a la liga de los mediocres, esos que tienen entre ceja y ceja, alcanzar los cuarenta y tres puntos.
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