martes, 17 de febrero de 2009

Kanouté: 50 goles con el Sevilla FC en 1ª División


Las virtudes deportivas de Frederic Oumar Kanouté son suficientemente conocidas por el sevillismo como para reiterarlas en este post. Prácticamente desde el día de su debut con la camiseta del Sevilla Fútbol Club en el verano de 2005, la grada de Nervión vio en ese espigado y elegante jugador el paradigma de un futbolista equilibrado, serio, generoso con el equipo, preparado para defender y atacar cuando el tiempo del partido lo requiere y sobre todo, con una solvencia para elegir siempre con el balón en los pies la mejor opción de las posibles.

Todas esas cualidades deportivas se adornan con el atributo de la naturalidad y la modestia. Una virtud que demuestra cada vez que celebra, sin aspavientos, con respeto al contrario, un gol. Pero si el Kanouté futbolista es un portento, tras ese uno noventa y dos de anatomía se esconde un ser humano con mayúsculas.

Pudo ser internacional por la Francia triunfante de Zidane, Thierry Henry, Anelka y compañía, pero eligió enfundarse la camiseta de Mali, el pais de sus ancestros, un rincón olvidado del mundo en el continente africano y que tiene, entre otras desastrosas estadísticas, la peor tasa de mortalidad infantil del mundo.

Pudo invertir sus ganancias millonarias en bolsa, pero eligió gastarse los cuartos en construir en Bamako, capital de Mali, la Ciudad de los Niños, una institución que garantizará de por vida que miles de niños no mueran abandonados a su suerte en las calles.

Pudo emplear su tiempo libre en viajar de vacaciones a Punta Cana como hacen algunos galácticos, pero decidió aprovechar hasta el ultimo minuto de su tiempo libre en crear y desarrollar la Fundación Kanouté, una institución humanitaria que hará posible construir un orfanato, levantar un centro de salud y abrir otro de educación y formación en Mali, paliando así las carencias de una de las zonas más pobres del continente africano.

Pudo mirar para otro lado, pero decidió ayudar a construir en Sevilla un lugar de oración para los creyentes de su religión musulmana.

Pudo organizar uno de esos bolos de moda de “Los amigos de...contra los amigos de...” pero prefirió liderar, junto con su Fundación y la del Sevilla Fútbol Club, una iniciativa solidaria que bajo el lema de “Champions for África”, reunió a los mejores jugadores del mundo con el propósito de obtener fondos para luchar contra la mortalidad infantil en el continente africano.


Y ahora que este extraordinario futbolista y mejor persona, ha conseguido su gol número 50 con la camiseta del equipo más grande del sur de Europa en Primera División, me quedo, entre todos esos goles, con el gol que le endosó a la barbarie la noche del Deportivo de la Coruña.

Aquél gol pudo dedicárselo, como muchos otros padres, a su familia, pero decidió levantarse la camiseta para recordarnos a todos que se estaba cometiendo una atroz matanza de inocentes civiles que morían bajo las bombas del ejercito israelí en Gaza.

Me quedo con el gol que le hizo a la injusticia. Con el gol que le sirvió para que un árbitro le amonestara, insensible a la razón, con una tarjeta amarilla. Con el gol que le valió tres mil euros de multa por unos juristas deportivos absolutamente desconectados de la realidad.

Aquella noche, Frederic Oumar Kanouté hizo lo de siempre, miró arriba, al cielo, y se cubrió la cabeza mostrando orgulloso en su corazón, un mensaje de rabia escrito sobre una enlutada camiseta. En ella se leía, en tres idiomas, en tres culturas la palabra: PALESTINA.

El árbitro le mostró tarjeta amarilla. El comité de competición le sancionó posteriormente con tres mil euros de multa. Ya sabemos cuanto cuesta defender la vida y la paz para nuestros jueces deportivos.

Kanouté recordó con ese gol, el mejor gol de su carrera futbolística, la vida cegada de más de 300 niños palestinos asesinados en una desigual guerra de piedras contra tanques. Ninguna bandera, ninguna frontera, ninguna patria, ninguna creencia religiosa o politica justifica la muerte de un niño.

Pasará el tiempo y Kanouté será recordado por los aficionados del Sevilla Fútbol Club, no solo como uno de los grandes delanteros de toda la centenaria historia del equipo mas grande del Sur de Europa, capaz de conseguir una gesta deportiva difícilmente igualable por algún otro, sino también porqué en él se encarna aquél halo de fraternidad que nuestro primer presidente lanzó el 14 de octubre de 1905, el día que nació una ilusión.

7 comentarios:

  1. Gran post.

    Pero además no sólo esto, sino que encima va a marcar el sábado, en la ida lo hizo su amigo Luis Fabiano y ahora le toca a él.

    ¡¡¡ GRANDE KANOUTÉ ¡¡¡

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  2. Si señor, un post a la altura del protagonista.
    Con la basura que hay que leer po ahí..
    ¡Grande Sevilla, grande Kanouté!

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  3. Si señor GRANDE KANUTÈ. Mi enhorabuena para el comentarista por este explendido post.

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  4. gran post. de los que tocan la fibra. felicidades.

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  5. a mi enterder es uno de los mejores jugadores que han vestido la camiseta de nuestro equipo.
    antonio.

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  6. kanoute, simploemente un señor , ya sea su religion color o creencias, todo un caballero y elegancia en estado puro, tanto fuera como dentro de un terreno de uego , gracias kanoute por estos años , por tu sacrificio y por tu saber estar, nunca te quejaste , nunca criticaste , fuiste un señor siempre,GRACIAS.

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  7. frederic eres el mas grande un beso desde asturias de alguien que te admira

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