El 1-0 de la ida es un malísimo resultado cuando se juega una eliminatoria a doble partido. No marcar en campo contrario, complica demasiado las cosas para el partido de vuelta. Tanto que no vale sólo con ganar, sino que hay que hacerlo por dos goles de diferencia (salvo que devolvamos el resultado de la ida, 1-0 y pasemos a la prórroga).
Y dos goles de diferencia es demasiado para un equipo con muchísimos frentes abiertos, con muchísimas dudas, con demasiadas carencias en la zona de atrás, con la hiel en los labios por la indignante goleada en el Nou Camp. Como consecuencia de todo ello, la afición está de uñas con el equipo, con el entrenador, y puede ser (ojalá que no) que con la planificación deportiva del Sevilla en esta temporada. Porque eso es lo que está en juego esta noche además de los millones de la Champions. O quizás por eso.
Nos jugamos esta noche dar por perdida la temporada o por el contrario presentar un año más nuestra candidatura entre los grandes de Europa.
Por ello no quiero distraerme con todo lo que está pasando en el club en las últimas horas, desde el desplante del mercenario Squillaci, hasta la salida por la gatera de Chevantón o la desvinculación del club de Lolo, uno de los nuestros que se ha visto obligado a embarcarse en otro proyecto más modesto para volver a disfrutar del fútbol. Tampoco quiero saber nada de Alexis, el central procedente de Valencia que acaba de rubricar, a falta del preceptivo reconocimiento médico, un contrato por cuatro años.
Nada quiero que me quite los cinco sentidos en el partido de esta noche ante un correoso, ordenado, equilibrado y buen equipo que ha demostrado ser el Sporting de Braga. Nada que no sea ganar por dos goles de diferencia a los portugueses. Y esta noche si estará la pólvora en el césped, si funcionará la magia de Nervión en las noches mágica de Europa, si dejaremos atrás todo aquello que reste en vez de que sume.
Salgan los que salgan, jueguen los que jueguen, el Sevilla Fútbol Club, el equipo más grande del Sur de Europa, va a conseguir esta noche otra vez remontar un 1-0 en contra. Y allí estaremos más de cuarenta mil sevillistas para, primero meter el primer gol con nuestras gargantas, y segundo para celebrar que Sevilla, seguirá siendo, de manos del más grande club de Andalucía, ciudad de Champions.
Y dos goles de diferencia es demasiado para un equipo con muchísimos frentes abiertos, con muchísimas dudas, con demasiadas carencias en la zona de atrás, con la hiel en los labios por la indignante goleada en el Nou Camp. Como consecuencia de todo ello, la afición está de uñas con el equipo, con el entrenador, y puede ser (ojalá que no) que con la planificación deportiva del Sevilla en esta temporada. Porque eso es lo que está en juego esta noche además de los millones de la Champions. O quizás por eso.
Nos jugamos esta noche dar por perdida la temporada o por el contrario presentar un año más nuestra candidatura entre los grandes de Europa.
Por ello no quiero distraerme con todo lo que está pasando en el club en las últimas horas, desde el desplante del mercenario Squillaci, hasta la salida por la gatera de Chevantón o la desvinculación del club de Lolo, uno de los nuestros que se ha visto obligado a embarcarse en otro proyecto más modesto para volver a disfrutar del fútbol. Tampoco quiero saber nada de Alexis, el central procedente de Valencia que acaba de rubricar, a falta del preceptivo reconocimiento médico, un contrato por cuatro años.
Nada quiero que me quite los cinco sentidos en el partido de esta noche ante un correoso, ordenado, equilibrado y buen equipo que ha demostrado ser el Sporting de Braga. Nada que no sea ganar por dos goles de diferencia a los portugueses. Y esta noche si estará la pólvora en el césped, si funcionará la magia de Nervión en las noches mágica de Europa, si dejaremos atrás todo aquello que reste en vez de que sume.
Salgan los que salgan, jueguen los que jueguen, el Sevilla Fútbol Club, el equipo más grande del Sur de Europa, va a conseguir esta noche otra vez remontar un 1-0 en contra. Y allí estaremos más de cuarenta mil sevillistas para, primero meter el primer gol con nuestras gargantas, y segundo para celebrar que Sevilla, seguirá siendo, de manos del más grande club de Andalucía, ciudad de Champions.
Este Braga a la contra hace mucho daño. No lo han llevado en sério...
ResponderEliminarNi el mal ni el bien son duraderos. El Sevilla no debe venirse abajo. Si es tiempo de cambios, debería fichar a Gregorio Manzano ahora, no esperar más. Claro que los euros mandan.
ResponderEliminarBueno. Salud y suerte.
El zorro plateado.